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Palacio

Un joven recibe un correo electrónico de su pareja, tras dos años de desaparición. Una mujer cumple los deseos irracionales de un viejo ornitólogo japonés abatido por el luto: leerle los diarios de su difunta hija a un salón de pájaros. Una amiga que escucha, desde el margen, atentamente el relato; y una joven trompetista de jazz que lo observa todo desde la tarima. Entre estas coordenadas se entabla una búsqueda en la que la verdad y la imaginación melancólica se confunden para conformar un panorama torcido, digno de este presente intempestivo, donde todo es experimentado a segunda mano y a la distancia.

Palacio (2011 / 2014)

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Un joven recibe un correo electrónico de su pareja, tras dos años de desaparición. Una mujer cumple los deseos irracionales de un viejo ornitólogo japonés abatido por el luto: leerle los diarios de su difunta hija a un salón de pájaros. Una amiga que escucha, desde el margen, atentamente el relato; y una joven trompetista de jazz que lo observa todo desde la tarima. Entre estas coordenadas se entabla una búsqueda en la que la verdad y la imaginación melancólica se confunden para conformar un panorama torcido, digno de este presente intempestivo, donde todo es experimentado a segunda mano y a la distancia.

Palacio es un ejercicio—como toda primera novela—de ausencia e imaginación que busca explorar los pequeños sufrimientos a distancia de esta recién culminada década del siglo XXI, sin angustiarse por las indiscutibles influencias de las lecturas de Manuel Abreu Adorno, Paul Auster, y Haruki Murakami, entre otros.


“No hay un momento en esta novela que no suene. El palacio que Sergio Gutiérrez-Negrón ha construido es el de un hombre poblado de interferencias y ruidos, que intenta poner en pausa los circuitos de la inevitabilidad. El pasado se desvive mientras una mujer, desde su nombre, convierte una ciudad sureña en el país de sus pesadillas. Al final, y ya en el principio, le grita y le susurra "la voz de lo perdido, del abandono pretérito que jamás sana". Y así entre los nuevos amigos y los febriles recuerdos, la academia y la desidia, las transacciones y los trámites, las profecías carnales y las pistas ignoradas, las aves reales y las aves de paso, queda siempre fantasear con el pasado en el futuro, deshacerse entre ruidos de trompeta y la intensidad infinita de la espera. O, si desea, si no lo puede evitar, ahogarse en el presente, parpadeando. Una primera novela con el langueur de texturas sinuosas de Wong Kar-Wai, sonografiada con Esperanza Spalding y Billie Holliday, prometiendo futuros que ya han llegado.”
-Félix Jiménez


...Palacio insiste de forma magistral, como ninguna otra novela puertorriqueña, en mostrar la necesidad que tenemos todos de leer ficciones, de contar historias para contar nuestras ficciones verdaderas.
— Cezanne Cardona